FIFPRO lanzó un nuevo informe donde analiza las consecuencias que tuvo la emergencia sanitaria sobre la carga deportiva de las futbolistas y la programación de los partidos.
Por Lucio Orlando.
Con el objetivo de cuantificar los efectos negativos que surgieron a raíz del COVID-19 en el fútbol femenino, la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (FIFPro) presentó su nuevo informe en el que profundiza en torno a las modificaciones, reducciones y compresiones que sufrió el calendario deportivo en la última temporada.
La plataforma de datos se fue conformando en base a encuestas realizadas a 85 futbolistas distribuidas entre las principales ligas y certámenes del mundo. A su vez, representa el primer informe “Flash” sobre el fútbol femenino, el cual también aborda una temática sobre las distribuciones de las cargas de trabajo que debieron afrontar las deportistas con los continuos cambios de fixture.
Entre los datos más relevantes de este informe, podemos destacar los siguientes:
- Periodo de inactividad: debido a las restricciones, aislamientos y cuarentenas, las futbolistas pasaron más de 250 días sin poder competir. Tres cuartos de las ligas domésticas fueron acortadas, reduciendo los minutos de juego en un 20% en relación a las temporadas previas.
- Selecciones nacionales: con una reducción de las fechas internacionales FIFA, las escuadras nacionales tuvieron un descenso del 56% de los minutos en cancha.
- Picos de intensidad: al comprimirse el fixture de las competencias nacionales, las deportistas sufrieron considerables aumentos en su cargas de trabajo. La mitad de los duelos disputados tuvieron lugar con menos de cinco días de recuperación física recomendada. En consecuencia, las lesiones aumentaron exponencialmente.
Sobre la presentación de este informe, Sarah Gregorius, ex futbolista internacional y la presente directora de política global y relaciones estratégicas del fútbol femenino para FIFPro, afirmó que: “El calendario del fútbol femenino está muy fragmentado en muchas partes del mundo, y ello no conduce a un elevado rendimiento en el fútbol. La pandemia de COVID-19 ha empeorado la naturaleza interrumpida del programa”.
En este sentido, la nueva base de datos es un recurso útil para ayudar a identificar y desarrollar el juego femenino. “Trabajamos duro para desarrollar soluciones centradas en el jugador, basadas en los datos para abordar esta fragmentación y proporcionar a los futbolistas un ciclo de competición de élite que les permita desarrollarse personalmente y beneficiarse de la industria en su conjunto”, continuó la representante del órgano internacional.
Para acceder al informe completo, podés descargar haciendo click aquí.
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