A un año de haberse quedado, junto a México y Canadá, con la candidatura del mundial masculino del 2026 y los JJOO en 2028, el país norteamericano no afloja y apunta a convertirse en el epicentro mundial del fútbol a través de su postulación para albergar el Mundial femenino en el 2027.
Esta no sería la primera vez que este país se encuentra en la posición de anfitrión en este tipo de competencias internacionales: EEUU albergó las ediciones mundialistas femeninas del 1999, torneo en el que se consagró campeón al vencer por penales al seleccionado chino, y en 2003, en el cual debió conformarse con una medalla de bronce en su propio suelo.
También tenemos que considerar que el país del norte también fue la sede del Mundial masculino de fútbol en 1994 y las ediciones de los años 1904 (San Luis), 1932, 1984 (ambas en Los Ángeles) y 1996 (Atlanta) de los Juegos Olímpicos.
Además de contar con la infraestructura necesaria para eventos de esta magnitud, Estados Unidos se encuentra atravesando su mejor momento deportivo en esta disciplina. Consiguiendo las medallas de oro en los últimos dos mundiales (2015 y 2019), y cuatro de los ocho en total disputados, las norteamericanas se sientan cómodamente en la primera posición del ranking FIFA y reinan el mundo del fútbol femenino con talento de sobra.