Pasada la fecha para confirmar el interés de albergar la Copa del Mundo programada para el 2023, la FIFA anunció, a través de un comunicado, que nuestro país quedó finalista y competirá, con otros 7 federaciones, para ser elegido anfitrión del torneo de fútbol femenino más importante del planeta
Brasil y Colombia acompañan el interés de la AFA cómo las únicas entidades sudamericanas que mantienen en pie su propuesta. Japón, Corea del Sur en conjunto con Corea del Norte, Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica también se mantuvieron firmes en su decisión de competir y fueron seleccionadas para hacerse con el derecho de convertirse en sede del Mundial en 2023.
Los dos países que no tuvieron la misma suerte que el resto de los competidores ante la fecha límite de confirmación fueron Bolivia, y Bélgica que ante la decisión de que Francia haya sido elegida cómo sede del último Mundial disputado, el ente regulador decidió explorar las propuestas de países no europeos.
Ahora, las federaciones, que quedaron en la lista definitiva, tendrán hasta el 13 de diciembre para diagramar su oferta final de hospedaje del torneo más importante del mundo. Esta propuesta deberá incluir los detalles sobre la organización de los partidos.
Y es acá donde empieza a surgir inconvenientes en la propuesta mundialista argentina: La FIFA exige requisitos equivalentes a los que demanda para la organización de un Mundial de carácter masculino: El país anfitrión deberá contar con al menos ocho estadios entre los que tengan una capacidad mínima de 30 mil espectadores para la fase de grupos, 35 mil para las llaves de octavos hasta semifinales y de 40 mil para la final.
Por el momento, solo los estadios de Boca Juniors (49.000), River Plate (70.000) y el Mario Alberto Kempes (57.000) cumplen con la capacidad mínima para albergar el partido de carácter decisivo pero los primeros dos requieren obras en su acceso para cumplir con el resto de las condiciones básicas.
Al mismo tiempo, la AFA deberá presentar a la FIFA el valor estimado que tendrá el dólar en relación con la moneda nacional. Esto también presenta un inconveniente para la federación local debido a la incertidumbre económica que envuelve al país.
Sin embargo, Argentina tendrá tiempo hasta mediados de diciembre no solo para poder encontrar una solución a este problema, sino que también para poder seleccionar las provincias y estadios que serán utilizadas cómo sedes mundialistas.
Luego de presentar el proyecto final, el ente regulador internacional de fútbol realizará inspecciones oficiales en las federaciones interesadas durante enero y febrero del 2020. Los objetivos de estas visitas serán para evaluar requisitos cómo capacidad hotelera, lugares de entrenamiento y distancia a los aeropuertos para poder tomar una decisión final sobre el anfitrión en mayo.