La FIFA financiará un estudio académico en la Universidad de Kingston para investigar si existe un vínculo entre el ciclo menstrual y las lesiones del ligamento cruzado anterior (LCA) en el fútbol femenino, que son más prominentes que en el fútbol masculino.
Algunas jugadoras conocidas que recientemente se vieron afectadas por lesiones del ligamento cruzado anterior incluyen a Vivianne Miedema, Beth Mead y Sam Kerr, quien ha estado fuera de la alineación del Chelsea durante 15 meses.
“Queremos examinar si las atletas podrían tener mayor predisposición a sufrir lesiones debido a los cambios funcionales en su anatomía y fisiología durante el ciclo menstrual”, afirmó Simon Augustus, profesor titular de biomecánica deportiva. “Sabemos que las hormonas fluctúan durante las diferentes fases del ciclo, pero aún desconocemos su influencia en el riesgo de lesión”.
El objetivo del estudio, que forma parte del programa de Becas de Investigación de la FIFA , es reducir el riesgo de lesiones adaptando el entrenamiento a las necesidades individuales de cada atleta. El proyecto, de un año de duración, comenzará en junio con expertos de la Universidad de Kingston que colaborarán con clubes del suroeste de Londres, como el Chelsea y el Fulham . Los atletas que participen en el estudio visitarán regularmente el campus para realizarse análisis de sangre y de rendimiento físico.
Los investigadores analizarán las concentraciones hormonales en muestras de sangre, en particular las hormonas específicas de la mujer, como el estrógeno y la progesterona. Estas hormonas se han relacionado con el aumento de la laxitud de los ligamentos (lo que implica que las articulaciones son más flexibles de lo normal) y con una disminución de los tiempos de reacción neuromuscular (la velocidad con la que el sistema nervioso recibe un estímulo e inicia una respuesta muscular).
Las concentraciones hormonales se compararán con el rendimiento físico de la jugadora para determinar si existe una correlación entre los factores de riesgo de lesión del ligamento cruzado anterior (LCA) y la fase del ciclo menstrual de la atleta. Esto también implicará analizar las formas más comunes en que las atletas se lesionan el LCA.
El equipo de investigación estará dirigido por el estudiante de doctorado Blake Rivers junto con Augustus, James Brouner y Michelle Richards, quienes son expertos en ciencias del deporte y el ejercicio en Kingston.
“Sabemos que algunas lesiones son inevitables, por ejemplo, si un jugador realiza una mala entrada”, dijo Augustus. “Pero intentamos ayudar a quienes se lesionan el ligamento cruzado anterior fuera de las acciones de impacto; en esos casos, tenemos más posibilidades de intervenir y prevenirlas mediante entrenamiento de fuerza o ajustes técnicos”.
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En el caso de las futbolistas argentinas solo por nombrar algunos casos Lorena Benítez y Agustina Arias en Boca están en plena recuperación, lo mismo que Dalila Ippolito que anunció su lesión luego de su regreso a la competencia de clubes finaliza la fecha FIFA frente a Canadá. Ojala esta investigación sea el comienzo de un descubrimiento oportuno ante una situación que priva a las futbolistas de mantener continuidad en su carrera como futbolistas profesionales.
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