Los cuatro tantos ante Cáceres estaban destinados a concluir en una victoria histórica con un grito argentino entre festejos: el Villarreal se adueñó de un lugar en la máxima categoría femenina. Allí, ella… Mariela Coronel, quien compartió lo vivido con El Femenino.
Por Aldana Saad.
“¿Proponerme desafíos en el fútbol, en la vida? Lo consideraría una presión. En ninguna etapa al pasar por equipos me propuse desafíos… solo disfrutar, aprender y la verdad, no me equivoqué al decidir mudarme aquí a Villarreal”, confesaba la futbolista argentina. Así fue, el merecido disfrute dijo presente en el campo 5 de Ciudad Deportiva cuando Las Amarillas, dirigidas por Sara Monforte, cantaban victoria y aseguraban su ascenso a falta de tres jornadas para la finalización de la fase del Grupo Sur de Segunda División.
Imaginar el momento podría haber sido una posibilidad. Sin embargo, Mariela mantuvo su cabeza en el día a día: “Si las cosas no salen bien, la desilusión es muy grande; entonces, no tengo ilusión… soy un poco rara en ese sentido. Disfruto de vivir el momento, de cada entrenamiento y partido. Eso es lo más importante para mí. Además, la constancia, el no bajar los brazos, el tener esa misma ambición, la alegría cuando vas a entrenar. Algo que no es tan fácil de consolidar o encontrar porque cuando los resultados no salen como esperás, empezás a tener baches emocionales”.
Con una temporada digna de ser guardada en la historia del club, el Villarreal supo imponer superioridad y jerarquía ante cada rival. “Este equipo ha llegado de menos a más desde la pretemporada y con nueve incorporaciones, eso no es fácil. El feeling entre jugadoras y cuerpo técnico, saber que un 80% de lo trabajado en la semana se ve reflejado y cumplido con resultados positivos. Sigo entrenando, seguimos disfrutando, somos muy competitivas en un nivel sano, eso es fundamental. No tener lesiones, llevarnos bien, hace que el clima sea el que es. Hacer lo que te gusta no es un sacrificio, sino un placer y es lo que nosotras hacemos”.
Pero, entre anhelos y partidos, la mentalidad entra en juego; así lo explicó Coronel: “Al final, la parte emocional en las jugadoras es un 100% de los resultados. Se trabaja muy bien, tenemos una psicóloga para cuando la necesitamos. Aun así, creo que el hecho de ser un equipo bien trabajado, el entrenar bien, el tener esa complicidad con las compañeras y cuerpo técnico hace que mentalmente te sientas más fuerte. Todo va de la mano. Todos son parte de todo y pasamos mucho tiempo juntos, da gusto ir a entrenar”.
“El ascenso es también una satisfacción personal. Como futbolista o como cualquier deportista, saber que tanto trabajo durante tantos años o meses tiene esa recompensa, hace que sigas trabajando más en el día a día. La clave fue CREER. Creer en lo que se trabaja, creer en tu compañera, creer en el cuerpo técnico, ser competitivas. Son pequeños factores que forman no solo a un buen equipo sino a un gran grupo humano como el que tenemos ahora”.
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