Con goles de Le Sommer, Kumagai y Gunnarsdóttir, la dinastía francesa conquistó por quinta temporada consecutiva el trofeo más importante de Europa al vencer por 3 a 1 al Wolfsburgo alemán.
Por Lucio Orlando.
En una temporada fuera de lo común a raíz de la pandemia del coronavirus, el dominio continental del Olympique de Lyon se mantuvo como única constante: el conjunto francés sacó a relucir su mejor juego, superó por 3 a 1 al Wolfsburgo y se consagró campeón de la Champions League Femenina por quinta ocasión al hilo.
Desde el silbatazo inicial, el Olympique de Lyon se mostró superior a su contrincante alemán. La arquera Friederike Abt fue la protagonista del primer cuarto de hora al poner fin a numerosas ocasiones generadas por las volantes creativas y delanteras de la plantilla gala.
Finalmente, Eugiene Le Sommer rompería la igualdad en el marcador a los 25’ del primer tiempo. Tras un centro desde la banda derecha de Delphine Cascarino, la delantera capitalizó el rebote dado por Abt y cambió por gol su segundo remate al arco para poner el 1 a 0 parcial.
Tras el gol, el Wolfsburgo se adelantó en el terreno de juego buscando restaurar la igualdad, pero el Olympique respondió con un brillante disparo de media distancia de Saki Kumagai para duplicar su ventaja sobre el cierre del primer tiempo. La mediocampista japonesa encontró el balón flotando en la puerta del área rival y la mandó a guardar con un zurdazo colocado al palo izquierdo del arco rival.
Al retornar del descanso, fue el Wolfsburgo quien tomó la iniciativa de juego y volvió a presionar en el último tercio rival. Tratando de volver a meterse en el partido, la plantilla campeona de Alemania aprovechó un rebote dado por la portera Sarah Bouhaddi que Alexandra Popp cabeceó por gol a los 11’ del complemento.
Sin embargo, Sara Gunnarsdóttir sería la encargada de sentenciar el partido y de darle un nuevo trofeo a las vitrinas del Lyon. Con poco menos de dos minutos de juego, la volante de Islandia corrigió un disparo de Le Sommer y puso el 3 a 1 definitivo.
Delphine Cascarino fue nombrada la mejor jugadora de la final al causar incontables dolores de cabeza a la línea del fondo del Wolfsburgo.
De esta forma, el Olympique de Lyon cerró otra brillante temporada en la que dominó en todos los frentes disputados. En el plano continental, las Leonas levantaron su 5° Copa de Campeones de forma consecutiva, y su 7° en apenas 10 años. En los certámenes domésticos, el conjunto dirigido por Jean-Luc Vasseur salió campeón de la División 1 Féminine y la Copa de Francia.
Para conseguir el triplete de trofeos, el conjunto francés debió superar al Bayern Munich (2-1) y al PSG (1-0) en su camino al encuentro final del Final 8, disputado en los estadios de Anoeta y San Mamés en consecuencia a los efectos del coronavirus.
Además, el conjunto ganador debió superar las bajas de futbolistas claves en su 11 inicial: Ada Hegerberg se perdió la reactivación competitiva al sufrir una rotura de ligamentos cruzados en enero, Griedge Mbock sufrió de una lesión en el tendón de Aquiles, mientras que Amandine Henry recibió un golpe en la clavícula contra el Bayern en cuartos que la mantuvo fuera de la final.
Resumen
Wolfsburgo (1): Abt; Doorsoun-Khajeh, Janssen, Goeßling, Blässe; Rolfö, Engen, Huth, Popp (57’); Harder, Pajor.
Suplentes: Jakabfi, Hendrich, Oberdorf, Bremer, Kassen, Raunch, Wolter, Dickenmann, Wedemeyer, Gräwe, Kiedrzynek.
Olympique de Lyon (3): Bouhaddi, Renard, Bronze, Burchanan, Karchaoui, Kumagai (44’), Gunnarsdóttir (88’), Marozsán, Majri, Le Sommer (25’) y Cascarino.
Suplentes: Gallardo, Bacha, Henry, Van De Sanden, Carpenter, Greenwood, Cayman, Taylor, Malard, Talaslahti.
Estadio: Anoeta (San Sebastián, España)
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