Argentina se impuso por 3-1 sobre Colombia en la Fecha 1 de la Fase Final de la Copa América Femenina. Salazar abrió la cuenta para el conjunto cafetero mientras que Florencia Bonsegundo, Soledad Jaimes y Mariela Coronel dieron vuelta el partido para nuestra selección.
Silencio. Soledad Jaimes revienta un derechazo furibundo al segundo palo de la arquera Sepúlveda y en el Estadio La Portada de La Serena se hace silencio. Argentina empieza a sorprender a los espectadores de la tarde que esperaban una victoria de la superpoderosa Colombia. El conjunto cafetero estaba invicto, todavía no había estado abajo en el marcador y su delantera Usme es la goleadora con 9 tantos. La albiceleste silenció todos esos argumentos.
A Ruth Bravo nadie le pide silencio en la zona mixta. La mediocampista que no jugó por llegar a dos amarillas –al igual que Stabile- se abraza durante una eternidad con Vanina Correa que la levanta por el aire. Actitud dice la arquera antes que la pregunta termine. Qué cambiaron en el segundo tiempo. Ese complemento que comenzó 0-1 ya que Liana Salazar abrió la cuenta a la salida de un tiro de esquina en el promedio de la primera mitad.
Hay silencios que duelen más que otros. El de Mariela Coronel y sus años alejados de la camiseta celeste blanca. O el hecho de no haber podido gritar un gol con esta camiseta. Hasta hoy. Estefanía Banini, a fuerza de talento, fue dejando rivales en el camino para habilitar a la mediocampista. Coronel vio a la arquera adelantada y definió por arriba para que Argentina sea un grito que termine con el silencio del Estadio. La jugadora de 36 años ponía fin así a su silencio personal con esta camiseta.
El vestuario será la contracara de la calma. El grito, la identidad y el festejo colectivo de un plantel que ha dado un golpe en la apertura de esta fase final. Un sueño mundialista/olímpico que se enciende. Una ilusión, que a fuerzas de victoria, se torna cada día más realidad. En el silencio se escucha, también, los pasos de un gigante que viene pisando fuerte. Argentina camina a paso firme.
Hay silencios que gritan. El de los gestos. La mano detrás del arco de la oreja. Cómo esperando pero, sobre todo, interpelando. En esas manos, en esa foto, en esa postura hay un grupo de jugadoras que reclaman sin levantar la voz. A fuerza de defender esta camiseta, ese escudo y sobre todo la historia que lleva consigo. Silenciando a quien le dice que no se pueden sacar la foto las 22. Sacándose la foto las 22. Una imagen contundente, que en sí misma proclama: es hora que algunos silencios vayan camino de terminar.
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